Tres pacientes renuncian a una mano inútil a cambio de una biónica
- Carlos Eduardo Aldrette Camacho
- 19 jul 2015
- 3 Min. de lectura
El uso de las prótesis inteligentes ha cruzado una nueva frontera: amputar una mano atrofiada para sustituirla por una biónica y ganar de esta forma movilidad. La revistaThe Lancet analiza en un artículo de su último número esta polémica y arriesgada estrategia, cargada de condicionantes éticos, que se ha empleado ya en tres personas (el primer caso es de abril de 2011 y el último de mayo de 2014). La conclusión, que exponen los responsables de estas intervenciones, es que la apuesta ha valido la pena.En los tres pacientes, con lesiones para las que no existe tratamiento, “la reconstrucción biónica ha supuesto una forma de recuperar la función a la mano”, explican. Gracias a ello, han sido capaces de acometer tareas sencillas como verter agua de una jarra, recoger una pelota, usar una llave, cortar comida con un cuchillo o, con la ayuda de la otra mano, desabrochar un botón.“Que yo sepa es la primera vez que se hace algo así; es un trabajo muy significativo y rompedor”, comenta José Luis Pons, del grupo de neurorehabilitación del Instituto Ramón y Cajal del CSIC. “Se trata de un paso muy importante”.Lo habitual es partir de la falta de una extremidad. Y, ante esta circunstancia, recurrir a dispositivos que, a través de una sofisticada combinación de electrónica, informática, robótica y cirugía, traten de suplir algunas de las funciones de la pierna, brazo, pie o mano perdida y mejoren la calidad de vida del paciente al permitir manipular objetos o desplazarse.

Imagen via: Aspecto final de la prótesis en uno de los pacientes. / THE LANCET
En los casos incluidos en la revisión de The Lancet, sin embargo, los pacientes habían sufrido un accidente que no les había llevado a perder la mano, sino su función. Padecían desgarros en el plexo braquial, la red nerviosa que transmite las señales desde la columna hasta el hombro, y de la que depende la movilidad de todo el brazo. Como consecuencia de ello, eran incapaces de usar la mano, que tenían gravemente atrofiada.
Ante la falta de soluciones médicas, el equipo de Oskar Aszmann, delLaboratorio Christian Doppler para la recuperación de la Función de las Extremidades de la Universidad de Medicina de Viena (Austria), junto a ingenieros de la Universidad de Gotinga (Alemania) ofrecieron a estas personas la posibilidad de cortar la extremidad a la altura del antebrazo para sustituirla por una prótesis con la que ganarían funcionalidad.
La tecnología que se emplea no es nueva. Consiste en utilizar los impulsos eléctricos que contraen los músculos (en la jerga, la señal electromiográfica) para activar unos sensores que controlan los movimientos de la prótesis. De esta forma, el cerebro transmite al nervio la orden de activar un músculo que, a su vez, traslada la señal al sensor que activa el dispositivo.
Debido a la naturaleza de la lesión de los tres pacientes, los tejidos musculares estaban muy dañados por lo que los cirujanos tuvieron que modificar la técnica convencional empleada hasta el momento. Para conseguir una intensidad en los impulsos musculares suficiente como para activar los sensores de la prótesis, los investigadores tuvieron que trasplantar e inervar (conectar un nervio a un músculo distinto) tejidos musculares sanos en la zona
de contacto con la prótesis.
Casos Distrofia Muscular 25 FEB 2015 - 10:58 CET
http://elpais.com/elpais/2015/02/24/ciencia/1424808808_156537.html
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